Qué cosa! Cuando yo creo que está todo dicho, cuando estoy re tranqui, sigo mi rumbo, hago lo que creo que es lo más lógico, lo correcto a mi forma de pensar; venís y me pateás el tablero, y no queda nada en pie!

Todas mis ideas, mis conceptos, mis planes... en un sólo instante de escucharte, ya se hacen humo. Y no queda nada más que los que vos querés para mí.

Me sorprende cada vez más cómo podés aparecerte y cambiar mi vida entera en un segundo!

Y aunque me cueste aceptarlo, y los caminos que tengas para mí no sean los que yo elegiría, te voy a seguir. Aunque no sepa a dónde vamos, te sigo. Aunque sea doloroso, camino detrás de vos. Por más que no tenga idea de lo que hay por delante, elijo seguirte. Porque no te cambiaría por nada del mundo. Ni por seguridad de saber el futuro, ni por una vida color de rosa, ni siquiera por la vida que siempre soñé, en que todos mis sueños se hcieran realidad. Porque si no estuvieras conmigo, ¿para qué me servirían todas estas cosas? No sería feliz si no caminara en tu voluntad.

Hoy no entiendo mucho, pero te elijo otra vez. Y espero que me des la fuerza, la determinación, la fe para poder seguir eligiéndote siempre. Pase lo que pase, venga lo que venga.

Porque no hay nada fuera de vos, Jesús, que llene mi corazón!